¿Por qué los hombres besan distinto que las mujeres?

¿Son los besos una ventaja evolutiva? Un nuevo libro explica la ciencia detrás de los apasionados labios cerrados y lo que nos dicen acerca de cómo los hombres y mujeres abordan las relaciones románticas.

Los orígenes precisos de los besos son desconocidos, informa la revista Time. Sin embargo, algunos científicos presumen que la práctica evolucionó a partir de rituales de alimentación entre las madres de los animales y sus crías, en donde las madres tienen masticar y digerir los alimentos antes de pasarlos directamente a su descendencia por vía oral.

En el nuevo libro La Ciencia de besos: Lo que nuestros labios nos están diciendo, el autor Sheril Kirshenbaum cita el trabajo de la antropóloga Helen Fisher de la Universidad de Rutgers, quien dice que besarse ha evolucionado para satisfacer tres necesidades esenciales: el deseo sexual, el amor romántico y el apego. El beso romántico es parte de más del 90% de las culturas humanas, y su papel, como Kirshenbaum dice, es que nos ayude a "encontrar socios, comprometernos con una persona y mantener unidas a las parejas el tiempo suficiente para tener un hijo".

La investigación muestra que el beso aumenta los niveles de neurotransmisores como la dopamina (que está implicado en el deseo sexual) y serotonina (que eleva el estado de ánimo y puede contribuir a suscitar pensamientos obsesivos acerca de una pareja). También causa un aumento en la oxitocina, la llamada "hormona del amor", cuya liberación durante el orgasmo conlleva a la unión entre parejas. Sus altos niveles en una nueva paternidad también fomentan el apego permanente entre la madre y el niño.

Desde luego, a veces un beso no va bien, lo que termina desanimando a las personas luego del primer contacto.

Para el psicólogo evolucionista Gordon Gallup de la Universidad de Albany, Kirshenbaum, “59% por ciento de los hombres y 66% de las mujeres dicen que han terminado una relación a causa de un mal beso. Resulta que nuestro sentido del olfato puede ser parcialmente responsable al momento que recogemos subconscientemente pistas sobre el ADN de la otra persona o su estado reproductivo. El biólogo Claus Wedekind descubrió que las mujeres son más atraídas por el olor de los hombres que tienen un sistema de código genético muy diferente del propio. Esto puede deberse a que los niños que tienen un mayor nivel de diversidad genética son más saludables y más propensos a sobrevivir”.

"Los varones tienden a besar como un medio de obtener favores sexuales, o como un medio de afectar a la reconciliación", agrega Gallup. "Las mujeres besan más bien como un dispositivo de evaluación del compañero".

De hecho, en los estudios de estilos de besar de hombres y mujeres, Gallup encontró que los hombres eran más propensos a iniciar el contacto con la lengua, prefiriendo el beso francés a la boca cerrada como pico. Una teoría detrás de esta afirmación es que los hombres tienen pequeñas cantidades de testosterona en su saliva. "El intercambio de saliva -ya sea por semanas, meses o incluso años- libera pequeñas cantidades de testosterona que podría elevar los niveles de testosterona en la mujer y por lo tanto aumentar su receptividad y su libido", dice Gallup. "En las relaciones a largo plazo, la frecuencia de los besos es un buen barómetro de la salud y el bienestar de ese vínculo especial".

También descubrió que las mujeres eran mucho más propensas que los hombres a insistir en besos antes, durante y después del sexo.

Así, queda demostrado que mientras para las mujeres un beso puede significar muchas cosas, para los hombres es más bien un acercamiento al instinto reproductivo de la especie.