Los resultados, que se publican en «Journal of the American Society Nephrology» sugieren que disminuir el consumo de alimentos que contengan altas cantidades de azúcar podría ser una acción preventiva para evitar la hipertensión.
La hipertensión es una de las patologías más comunes y el mayor factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades de corazón y de riñón. Por ello, los científicos tratan de identificar los factores medioambientales que intervienen en el desarrollo de la patología y sugieren que el consumo elevado de azúcar es uno de ellos.
Durante los últimos años se ha dado un aumento en el consumo de azúcar, empleado para endulzar una gran variedad de productos. Para examinar si este hecho contribuye a las altas tasas de hipertensión, Diana Jalal, de la Universidad de Colorado, y su equipo analizaron los datos procedentes de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (años 2003 a 2006). El estudio tomó en cuenta a 4.528 norteamericanos mayores de 18 años y sin ningún antecedente de hipertensión.
Los participantes respondieron a preguntas relacionadas con el consumo de comidas y bebidas ricas en esta sustancia como el zumo de frutas, las bebidas azucaradas, la bollería o los caramelos. Los científicos observaron que la gente que consume una dieta de 74 gramos o más al día de fructosa (2,5 bebidas azucaradas al día) tiene un incremento del 26 por ciento del riesgo con una tensión arterial de 135/85, un 30 por ciento en cuando la tensión es de 140/90 y un 77 por ciento en el caso de que sea de 160/100.
«Nuestra investigación identifica un factor de riesgo potencialmente modificable. Sin embargo, se necesitan más estudios para asegurar que una dieta baja en fructosa podría prevenir el desarrollo de la hipertensión y sus complicaciones asociadas», manifiesta Jalal.
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