Todos sin excepción hemos masticado alguna vez un chicle, incluso civilizaciones como los griegos o egipcios ya tenían la costumbre de masticar algo, aunque no era propiamente el chicle.
En la región sureste de México donde floreció el Mundo Maya hay un árbol llamado Chicozapote, el cual los mayas solían hacer cortes sesgados a la corteza del árbol para que la savia fluyera y permitiera su recolección. La savia de este árbol (también conocido como árbol del chicle) tenía un proceso de secado para convertirla en goma de mascar; ésta la usaban para limpiarse los dientes, inhibir el hambre o simplemente como mero hábito.
La palabra chicle proviene de la lengua maya que significa boca (chi') y movimiento (cle) o sea, movimiento de la boca.
Años más tarde trás haber sido exiliado el ex presidente mexicano Antonio López de Santa Anna, tuvo la idea junto con Thomas Adams de crear un sustituto para el caucho que fuera más económico y resistente basándose en la savia del Chicozapote. Thomas Adams aprovechó la oportunidad y prefirió comercializar este chicle maya añadiendo saborizantes.
En 1869 patentó la goma de mascar y dos años más tarde fundó la marca Adams New York Chewing Gum.
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